domingo, 2 de noviembre de 2014

Tres años después, expo de mis sellos en el XX Salón del Manga de Barcelona

Y ha llovido mucho, desde mi última entrada en el blog, pero la vida ha seguido y estamos todos muy bien. Hoy actualizo porque poder compartir con tanta gente mi colección de sellos manga-anime ha sido un sueño. Gracias sobre todo a El Capi Oriol (La Arcadia de Urías) por comisariar la expo, a Marc Bernabè por creer en la propuesta y a mi mujer por su paciencia. Aquí van unas fotos.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Visitamos la feria de filatelia JAPEX 2011 - "Japan Philatelic Exhibition" en Tokio

Desde hace unos meses recuperé el interés por el coleccionismo de sellos, así que mi novia y yo este fin de semana pasado hemos ido a la feria nacional JAPEX 2011 en Tokio. Allí hemos podido ver una gran exposición de cartas con correspondencia entre Alemania y Japón de principios del siglo pasado,  con especial interés la relativa a la Segunda Guerra Mundial, y también exposiciones de colecciones privadas de una calidad apabullante, y con ejemplares de cartas que deben valer una fortuna.







En el JAPEX, que es el segundo evento filatélico en importancia de Japón, hemos encontrado ya caras conocidas de las tiendas que normalmente visitamos para hacer compras (sobre todo gente que está presente siempre en el Museo del Sello ("kitte no hakubutsukan" - 切手の博物館) y a las que hemos podido saludar y comprar algunos sellos aprovechando la ocasión.


En cuanto a las compras, conseguimos ir completando nuestra coleccion no sólo de sellos japoneses, sino también españoles del primer centenario, y además conseguimos los matasellos conmemorativos del JAPEX 2011, que como está relacionado con Alemania, era un matasellos conmemorativo con temática japonesa-alemana, que podéis ver en la foto en el pliego de sellos de Alemania del centro (que también es conmemorativo del tema del evento de este año sobre Alemania). Sólo estaba disponible en el evento. 
Eso fue el sábado, pero el domingo, como la exposición era en dos lugares de Tokio, usamos de nuevo el ticket de entrada para ir al Museo del Sello y ver la otra parte de la exhibición y también hacer algunas compritas. Mi novia me regaló el FDC ("First Day Cover", "SPD - Sobre Primer Día") del evento, que en este caso te haces tu mismo, y consiste en un sobre conmemorativo, en el que pones sellos para matasellar con los  dos matasellos conmemorativos especiales del Museo del Sello:

Primero pegas los sellos con espacio suficiente para que al poner el matasellos no se molesten entre sí... con cuidado para que quede bonito. ^_^
Ojo con dejar espacio cuando pongas el segundo jejeje... ^_^ Cada persona pone los sellos a su gusto, hay gente que sólo pone uno, pero entonces sólo podrá pedir un matasello. No dejan poner dos matasellos sobre el mismo sello. Si quieres poner más de dos sellos en la hoja, también puedes, ¡a tu gusto!
Y... ¡tachán! Aquí está el FDC con los matasellos... ¿son bonitos verdad? Los sellos que véis en las fotos (de los pájaros) son normales, los "definitivos" actuales que se pueden encontrar en cualquier oficina de correos para enviar una carta.
Lo importante son los matasellos que sólo se pueden conseguir los días del evento. En este caso dos, uno conmemorativo del 15 aniversario del museo y otro del distrito de Mejiro donde está el museo.  

En definitiva fue un fin de semana muy didáctico que queríamos compartir con vosotros. ^_^

sábado, 22 de octubre de 2011

"Japan / 日本": con el libro de Tina y Toru en las manos.

Octubre y sus temperaturas están ayudando a que por fin mi cabeza empiece a estar en su sitio. Gracias a ello, la pasada semana tuve la suerte de poder compartir unos momentos con Tina y Toru, The Japan Photo Project, ver su exposición de fotografía en la sala de Konica-Minolta en Shinjuku y conseguir un ejemplar de su libro, "Japan / 日本",  firmadito, como tiene que ser, por mis amigos.

Lo que viene a continuación es mi opinión personal como autor, fotógrafo amateur, y persona que ha invertido en proyectos editoriales como editor independiente: este libro es el libro de fotografía sobre Japon más completo editado en España hasta el momento. 

"Soñar con Japón", nuestro libro, fué el primero, con una orientación amateur, ya que los autores son bloggers de internet, que con sus contenidos han ayudado al conocimiento de Japón con sus experiencias personales como emigrantes. No es por tirar flores gratuitas a los autores, los que me conocéis sabéis que soy muy crítico siempre, pero no se trata sólo de estar en el lugar adecuado, sino de poseer una capacidad de transmitir a través de la palabra escrita, y eso se aprende por ensayo y error, tras muchos anyos escribiendo y errando. Y ellos, los autores de "Soñar con Japón" así lo hacen desde hace mucho tiempo, cada uno con su estilo, pero son gente dedicada y preocupada por los detalles de la lengua escrita, independientemente de su formación academica, bagaje personal, y de su aprecio a la fotografía.

Por otro lado "Soñar con Japón" siempre intentó en la medida de las posibilidades de un proyecto editorial independiente, ofrecer una calidad / precio adecuada. Ésto, cuando se es independiente es un lastre, porque los costes de producción recaen sobre un particular, no una editorial, pero a cambio hace que el compromiso por sacar adelante el proyecto sea mucho mayor (bueno... quien no se consuela es porque no quiere ^_^ ).

Antes de nuestra obra común, Héctor García (Kirai), ya había sacado su best seller "Un Geek en Japon", traducido a muchísimos idiomas a día de hoy, que por poner un ejemplo esta disponible en Amazon por derecho propio. Nuestra obra común por ejemplo ha tenido que esperar a la llegada de Amazon España para estar presente en sus listados, pero ahí estamos tambien modestamente. Héctor creo despues su obra mas personal "Momentos", ésta ya de caracter fotográfico y con una publicación muy profesional.

Este es el año de The Japan Photo Project. A ellos les entrevistamos en Fotocompra.com el año pasado cuando estaban en pleno viaje fotográfico. La obra de Tina y Toru es la mas profesional en cuanto a diseño, y arte. Los autores son fotógrafos profesionales, y esto se nota en su esencia, no por descrédito a los otros libros, simplemente decir otra cosa sería faltar a la verdad. El formato es digno de las grandes editoras de libros de arte (yo siempre referencio a Taschen).

En cuanto al contenido y presentación no creo que nadie se quede decepcionado, es una obra de alta calidad: tapa dura, cosido, gran formato de página, densidad de la hoja, tipo de cámaras utilizadas, etc. La gran maravilla del mercado editorial clásico es que cada libro publicado, con su formato, su tipo de hoja, su estilo creativo, y su estrategia de marketing, en el sentido de como es presentado al público y qué precio de venta tiene, se ofrecen al lector tal y como lo conciben con sus medios el autor / autores y el editor; y cada uno con sus peculiaridades aporta una visión distinta que se adapta al lector de distinto modo. Al final, el lector elige sabiamente, porque el único criterio válido es siempre personal e intransferible.

"Soñar con Japón", "Momentos", "Japan / 日本", cada uno de estos libros es un mundo: su intensidad e interés depende de la capacidad para evocar, del estado de ánimo del lector, del mensaje que se transmite, y de la empatía del autor... depende, en definitiva del alma contenida en el papel y de su capacidad para interactuar con el lector.

¡Buen fin de semana!

P.D. Como nota aparte: hemos sacado una promo especial de libro + set de sellos de anime de Mazinger-Z y de Comando-G japoneses, son muy dificiles de conseguir en Europa, así que es una buena oportunidad de conseguir una colección de sellos chula y el libro por el mismo precio de siempre, con el valor añadido de que estos sellos se revalorizan con el tiempo porque son complicados de encontrar fuera de Japón (aparte de que de por sí son un artículo de coleccionista muy interesante). Más información en la página de Fotocompra.com.




lunes, 3 de octubre de 2011

Osaka, y por fin el otoño... "Soñar con Japón" en Sitges

Y llegó el otoño, y nos da algo de vidilla. El calor tan húmedo de agosto y principios de septiembre, unido a mi estado mental tras el fallecimiento de mi padre me tenía mareado y con dolores de cabeza.

Afortunadamente mi novia no se apartó de mi en todo este tiempo y ha sido mi apoyo para salir de estos malos momentos. Unido a esto, el tiempo ahora es fresquito y mi cuerpo ha revivido un poco, aunque todo vaya por dentro.

La semana pasada ayudó muchísimo la escapada que hicimos a Osaka. Echaba de menos la vieja Osaka, y los recuerdos de cuando empecé a trabajar en Japón hace ya cinco años. La ciudad parece remontar un poco de la crisis y de nuevo hay tiendas nuevas abiertas y la gente parece volver a consumir un poco. Los grandes shôtengai (商店街, largas calles cubiertas, arcadas, llenas de tiendas de todo tipo) tienen mucha vida y Dotonboti luce un aspecto renovado. Umeda, al norte de la ciudad, cada vez tiene mas rascacielos alrededor de la estacion de JR, y los shôtengai de la zona siguen siendo un reducto nocturno de sarariiman, love hotels, y gentes de vida más licenciosa.

En este viaje aproveché para ver a mis amigos de Kansai, Celio y Goldie (SoHo Art Gallery Cafe), a Javi (Motomachi Cake), compañero autor de "Soñar con Japón" que nos visitó desde Kobe con su esposa, y a un amigo de mi novia que es un profesional de Nôkan, la flauta del teatro Noh. Todas las conversaciones fueron muy agradables y pudimos hacer "turismo" de parejita, hablando con otras parejitas acerca de las cosas cotidianas, del día a día y de como nos va la vida. Algo sereno y tranquilo que mejoró nuestro espíritu.

Recargamos pilas en la querida Osaka, con la promesa de visitar Kobe el anyo próximo. No hay que abandonar las amistades, que son uno de los tesoros que nos acompañan a lo largo de la vida.

Para acabar una buena noticia: este año también estamos presentes en el stand de CineAsia con nuestro libro "Soñar con Japón" en el conocido Festival de Sitges. Si váis a pasar por el festival, no dejéis de visitar CineAsia, en la "Zona Brigadoon", al lado de la Playa de San Sebastián. Allí estaremos. ^_^ Por cierto, los carteles de este año tienen como protagonistas a los robots humanoides japoneses de Hiroshi Ishiguro, director del Departamento de Inteligencia Robótica de la Universidad de Osaka.


(Nota: imagen cortesía de CineAsia, os la pongo para que veáis como es el stand)

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Kouenji Awaodori (東京高円寺阿波踊り)

Pese a todas las malas noticias de este año, intentando recuperar un poco el ritmo de las cosas normales, hace unas semanas fuímos a ver el festival de bailes awaodori de Kouenji (Tôkyô Kôenji Awaodori   東京高円寺阿波踊り), cerca del barrio. Cómo no, me fijé, aparte de en los bailes, en los instrumentos musicales. Se usan taikos ligeros y flautas shinobue. El año pasado dejé en pausa mis clases de shinobue, pero espero retomarlo en el futuro. Prueba de mi interés son las fotos que conseguí hacer de los músicos que tocaban las flautas en cada grupo. Me gustó mucho observar tanto la posición de las manos como la actitud de concentración, así como el tipo de shinobue (hayashi shinobue por supuesto, y en cuanto a la longitud, creo identificar algunas ropponchoushi -6- y quizá algunas happonchoushi -8-). Aquí os dejo las imágenes que en este caso hablan por sí solas... casi se puede oir el sonido de las shinobue mirando el gesto de concentración y serenidad de los instrumentistas.








jueves, 8 de septiembre de 2011

Kitte kudasai (切手ください) ^_^

En mi última visita a Madrid encontré mi antigua colección de sellos de España y extranjeros que hice entre el año 81 y 83. Eran sellos muy dispares, un gran porcentaje por supuesto españoles, pero también tenía colecciones temáticas extranjeras (las típicas de 100 sellos de trenes, 100 sellos de soldados, 100 sellos de arte, etc.). Los sellos españoles casi todos eran matasellados, y obtenidos "al rebusque" en la Plaza Mayor. Antes (ahora no sé si es igual) se ponían unos cajones grandes de madera con sellos de todo tipo ya matasellados y la gente rebuscada y si encontraba algo interesante pagaba, no recuerdo bien, si 5 pesetas por sello. Casi todo eran sellos sin aparente valor, por ser matasellados y muchas veces en malas condiciones, pero de vez en cuando se encontraba alguna pieza interesante, pero sólo entre morralla y morralla. Yo en aquellos tiempos mozos no distinguía nada y simplemente me quedaba aquellos sellos que me parecían viejunos, porque siempre me gustó la historia y esos sellos me hablaban de épocas anteriores, de paisajes que desconocía y de lemas, personajes e ideas desconocidas para mi hasta ese momento.

Cuando esta última vez volví a Madrid, decidí que le daría salida a la colección de sellos intentando venderla o intercambiarla en Japón para empezar una nueva colección esta vez mas seria de sellos japoneses, aprovechando el exotismo de la colección. Y en esas estoy. La idea es empezar una colección de sellos de Japón mas elaborada, con sellos sin matasellar y con mas valor (minipliegos, impresiones de primer día, bloques y carnets) de tal forma que sean algo para muy largo plazo sin un afán de venderlo en el futuro, excepto que sea por necesidad.

Después de un mes y medio de catalogar todo lo que teníamos (no mucho, unos 800 y pico sellos) la verdad estoy contento con el resultado final, ya que entre sellos normalitos al menos había algunos pequeños tesoros. Al final, he decidido separar la colección en dos partes. Una que intentaré finiquitar de sellos de bajo valor pero que pueden tener interés para un coleccionista de sellos y otra de sellos que se han revalorizado y que merece la pena guardar precisamente porque siguen revalorizándose.



En cuanto a los de valor (tampoco para tirar cohetes, pero al menos decentes), hay unos pocos sellos españoles del primer centenario (antes de 1950) que por catálogo están más valorados, algunos europeos del CEPT, y otros del primer cincuentenario inglés (uno del jubileo de oro de la reina Victoria que me sorprendió encontrar, y otros posteriores hasta la coronación de la reina Isabel), y otros sellos que se ve que con el paso del tiempo han empezado a tomar más valor de catálogo, de variopintos países (Andorra, Emiratos Árabes, Arabia Saudí, Alemania del Este, Estados Unidos, Chile, Francia...), no más de uno o dos sellos por país. Aparte, mi novia tenía unas piezas completas de un set de Ecuador muy interesantes, con un considerable valor por catálogo (la tirada fue pequeña y en sucres antes de la dolarización). En total quizá tenemos (la nueva colección es a pachas con mi novia) como tres hojas por dos caras de sellos de valor y el resto, unas veinte hojas, son de los nivel C (la menor valoracion por catálogo, aparte del placer del propio coleccionismo en sí claro está).



En cuanto a la nueva colección de Japón, he puesto en este mismo artículo unos cuantos ejemplos de sellos matasellados pero con cierto valor (aproximadamente el 30% del valor facial es el valor estándar del mercado de coleccionistas por aquí para este tipo de sello si se conserva bien) de la nueva colección japonesa. Realmente estamos coleccionando sin sellar en paralelo a sellados (para intercambiar en el futuro), así que iré poniendo los pliegos mas bonitos que ya tenemos. Sin duda es una tarea amena y el ambiente en los mercadillos de sellos es muy relajante. Recomendado para los que gusten de pasatiempos tranquilos.


Para los mas curiosos, aquí os dejo el enlace a la única asociación nacional filatélica japonesa, de hecho unida a la página del Museo del Sello de Tokio (切手の博物館) y el enlace a la tienda online de JP Post (el servicio de correos japonés).

viernes, 12 de agosto de 2011

Mares del Sur

Curioso que mi padre, cuando decidió hacer su propia orquesta allá por los años cuarenta, decidiese llamarla "Mares del Sur". Ese nombre que me suena desde chico a algo exótico, lejano y misterioso, se mezclaba con los sonidos de saxo tenor y clarinete de mi padre mientras practicaba en su dormitorio. A mi padre siempre le gustó el mar, no necesariamente del sur... el del Levante español le maravillaba como a un niño pequeño. Quizá por la familiaridad de la gente de Valencia, siempre tan acogedora, o quizá porque siempre tuvo el espíritu de un niño que mira al mar por primera vez.

Mi padre era también del Sur, de Arjonilla, Jaén, por aquellos tiempos un pequeño pueblito, siempre entre campos de olivares, y unido a esa atracción por el mar, hizo que eligiese ese nombre, "Mares del Sur". Curiosamente, el Mar del Sur es el Pacífico, llamado así en contraposición al mar del Norte más azaroso (Atlántico)... y aquí estoy, tantos años después, en una isla de ese mar del sur que estaba en la imaginación de mi padre. Quizá sólo soy algo imaginado por mi padre ahora mismo también.

Hace dos semanas el nos dejó, perdonadme el eufemismo, de forma tan repentina que aún siento que está con nosotros y que sólo ha salido un momento a la calle. He oído tantas veces su voz que esta resuena en mi cabeza constantemente, y le siento con la misma fuerza de siempre. Tengo la sensación de que está, aunque no está. Es raro. Quizá es un mecanismo de defensa mental ante la tristeza que me invade.

Los recuerdos que tengo de mi padre son los de una persona bondadosa de principio a fin. Si tuvo grandes defectos, nunca los conocí. Nunca faltó de nada en nuestra casa, siempre hubo lo que pedimos o necesitamos. Siempre hubo espacio para uno más en la casa de mis padres, de hecho a día de hoy siempre lo hay. Siempre hubo respeto por la intimidad, y tuve el espacio personal que como adolescente necesité. Siempre hubo también gazpacho todos los veranos, una receta especial que hemos heredado de él y que es marca de nuestra casa. En su honor la hemos aprendido a su estilo, para que se siga haciendo en su nombre. Siempre hubo en casa en mis tiempos de niñez respeto y paz.

A él, le recuerdo esas tardes de domingo fumando Fortuna y escuchando el fútbol por la radio y mirando sus quinielas (una de ellas le tocó justo en mi comunión, y valió para pagar el restaurante, ¡historia recurrente en nuestra casa!). Recuerdo también su Atlético de Madrid donde fue recogepelotas cuando era todavía el Atlético Aviación. También recuerdo las fundas de los instrumentos, listos para un nuevo bolo en algún pueblo de fin de semana. Recuerdo sus historias de los conciertos de las Vistillas o de las ferias de Madrid donde tocó en ocasiones para Manolo Caracol, Marián Conde, o coincidió con gente de la farándula (de la buena de antaño) como Mari SantPere. Recuerdo la música que tocaba al piano. Recuerdo que me decía que alguien que no sabía leer un pentagrama era un analfabeto musical, y que yo, pese a mi oído lo era, porque no podía leer. - "Un músico de verdad...", me decía, "... puede leer cualquier música e interpretarla si sabe leer el pentagrama. Si no sabes solfeo, eres un analfabeto musical". Pese a ello aprendí a tocar por mi cuenta en el piano que había en casa hasta que se regalo a un colegio, por aquello de la falta de espacio en la casa. Y recuerdo que la orquesta y él en concreto salen vaporosamente como extras en la última escena (una fiesta de año nuevo creo que es) de la peli española de "No desearas al vecino del quinto".

Un día el saxo y el clarinete fueron vendidos, cuando mi padre ya no podía tocarlos. Fue un acto catártico, ya que mi padre dejo de tocar cuando se jubiló, pero pese a todo fue una señal del paso inexorable del tiempo. Aunque por otro lado, ese acto liberó a los instrumentos de la esclavitud del olvido, ya que fueron comprados por un músico jóven en activo, al cual conocimos en persona, con lo que siguieron siendo usados con mucho cariño. Un libro en una librería sin ser leído no vale para nada; igualmente, un instrumento musical que no es tocado más tampoco, y liberarlos es un acto de bondad (cubierta de polvo veíase el arpa, decía Bécquer).

Otro día, porque sí, decidió dejar de fumar. Fumaba una cajetilla y media al día más o menos, y de repente un día, decidió que no seguiría fumando. Tiró su última cajetilla vacía y nunca más fumó. Nunca, más de veinte años limpio desde que lo dejó. Siempre ha sido para mi un ejemplo este pequeño hecho, porque me pareció de una voluntad envidiable con lo difícil que es quitarse de una adicción. Para mi fue un ejemplo de voluntad de hierro, que a mi me falta tan a menudo. Siempre que pienso en hacer un gran esfuerzo, me acuerdo de ese momento de la vida de mi padre.

Tengo muchos más recuerdos de detalles, sobre todo de cuando yo era pequeño. De cómo por ejemplo no entendía las historias de Roberto Alcázar y Pedrín que me contaba mi padre a la hora de la siesta (de la que me intentaba escapar casi siempre con éxito cuando mi padre dormía)... no entendía como Roberto y Alcázar iban siempre juntos a todos los lados, hasta que caí en la cuenta de que no eran tres personas (Roberto, Alcázar, y Pedrín) sino dos... quizá porque siempre la historia comenzaba como "Iban Roberto Alcázar y Pedrín..." y yo entendía "Iban Roberto, Alcázar y Pedrín..." porque en aquellos tiernos cuatro o cinco años no distinguía nombres de apellidos. También recuerdo los domingos comprando sellos en la Plaza Mayor, o cambiar vitolas de puros por sellos con algún amigo suyo en los aledaños de la misma; y los domingos o sábados (no recuerdo bien) jugando al ajedrez en el Hogar del Músico (no recuerdo bien si era tal, así lo creo, porque ahora no veo ninguna referencia) en un último piso de uno de los edificios de la plaza de Oriente, desde donde yo miraba aburrido las partidas que echaba mi padre con sus amigos, jugueteaba con las piezas del ajedrez y miraba somnoliento por la ventana de un cuarto o quinto piso las estatuas de los reyes godos de la plaza. Nunca le gané una partida de ajedrez a mi padre, y mira que lo intenté. También recuerdo que mientras que a mi madre siempre le he enseñado mis avances, a mi padre le enseñaba ya los resultados acabados, cuando estaban ya completamente finalizados, fueran estos deberes del colegio, dibujos cuando era pequeño o canciones que aprendía al piano, lo que fuera a él sólo se lo enseñaba ya cuando estaba finalizado, perfeccionado, depurado. También aprendí de él a ahorrar y a llevar las cuentas de mis gastos. Él, siempre fiel a su estilo, se hacia cuadernillos de papel para llevar sus gastos mensuales, y cuando cada mes se cerraba, guardaba los resultados con exquisito cuidado, almacenando todos los cuadernillos, uno tras otro y año tras año. No fue mucho de ordenadores, era más de la escuela antigua, pero aprendió a usar el ordenador para llamarme por Skype a Japón y para ver el correo por ejemplo. Se adaptaba a toda la tecnología y nunca dejó de aprender cosas nuevas. 

Mi padre me dejó mucho espacio personal desde la adolescencia. Siempre estuvo presente y me apoyó en todo, y tuve una educación en colegios en los que siempre había que pagar un poco más, y ese esfuerzo me hizo poder llegar con una base sólida para hacer mi carrera universitaria. Luego, me saqué la carrera con becas y empecé a trabajar, con lo que no tuve de nuevo que pedirle ya más dinero a mis padres. En ese sentido él estaba orgulloso de mi, según me dijo mi madre. Pero nunca invadió mi caprichosa soledad, mi enclaustramiento en mi habitación. Nunca intento cambiarme, dejó que fuese como quisiera. Mi primer coche, fue su coche, un SEAT 1430 amarillo canario con techo negro, cañero como el solo, en el que tengo fotos de bebé sentado en el capote y que he conducido después a los 18 años durante una buena temporada hasta que compré mi propio coche.

Siempre fue un gran trabajador, en Renfe entre semana, y los fines de semana con la orquesta, buen jugador de mus y ajedrez, le gustaba comer bien y disfrutaba la comida que preparaba mi madre, y vivir bien. Me consta que fue un buen hijo y nunca abandonó a su madre y fue un buen marido y compañero de mi madre. Le gustaba hacer hogueras en la chimenea en invierno, con troncos de pino que olían a resina fresca. Recuerdo que él me enseñó a encenderlas, haciendo la forma de las fogatas y metiendo luego papel de periódico, y recuerdo ir con él en el coche a comprar leños de pino resinero, en la sierra. Siempre en Navidades llamaba a toda su familia, primos, tíos, hermanos... nunca faltó a su llamada anual. Tuvo una vida próspera y duradera y nunca estuvo enfermo. Ha vivido toda su vida hasta el último día con las energías de siempre, con total plenitud.

Ojala yo pueda también sentirme pleno como un campeón de la vida a la que gano por goleada durante sus ochenta y cuatro gloriosos años, como seguro que él se sentía y como espero que el se sienta, allá donde este. 
 
Ojalá el pueda sentir todo nuestro amor y agradecimiento. Gracias papá.